La energia emocional y el cuerpo fisico...


A la mayoría de las personas en la sociedad occidental no se nos enseña a abordar de forma efectiva las llamadas emociones negativas. 

Hay personas que expresan su ira, su frustración y su crueldad directamente, haciendo daño a los demás, verbal o físicamente. La mayoría de las personas ve las emociones negativas como debilidades, como defectos del carácter o, incluso, como pecados. 

Como personas civilizadas, se nos enseña a rechazarlas, a ocultarlas, negarlas o reprimirlas, a someternos a una disciplina para no sentir estas perturbadoras energías. 

Pero, claro está, estas energías no se marchan, sino que se acumulan y se incrustan en nuestros órganos internos, en nuestros músculos y en nuestra psique. 

De vez en cuando, se escapan y nos avergüenzan con un súbito ataque de ira, o bien toman la forma de un inesperado ataque de depresión o de excesiva preocupación.

 Sabotean nuestra vida, generando neurosis, adicciones y enfermedades físicas. Y, silenciando nuestras respuestas naturales ante las emociones negativas, silenciamos también nuestras respuestas naturales ante las emociones positivas. 

La vida puede parecer buena en la superficie, cuando en realidad nos sentimos vacíos y no le encontramos sentido a nada. 



Todas las emociones son naturales

El taoísmo, esa filosofía vital china con cinco mil años de antigüedad, junto con sus ramificaciones, el chi kung (qigong) y la Medicina Tradicional China (MTC), tiene un punto de vista diferente acerca de las emociones dolorosas. 

Todas las emociones se contemplan como formas de energía, y se aceptan como expresiones naturales de nuestra existencia humana.

 Las emociones aparentemente negativas son valiosos mensajes de nuestra Alma; nos están diciendo que algo está fuera de equilibrio y necesita un cambio. 

El taoísmo reconoce que las emociones negativas no resueltas son perjudiciales, pero no porque sean malas o pecaminosas.

La medicina occidental ve las bacterias y los virus como causas primarias de enfermedad. En cambio, la MTC contempla los desequilibrios del cuerpo, de la mente o del Espíritu como las causas primarias de enfermedad; las bacterias y los virus afectan sólo a las personas que están ya de por sí debilitadas por sus desequilibrios emocionales o físicos. 

La MTC divide las causas de la enfermedad en tres categorías: internas, externas y las demás.
En la medicina china, la principal causa interna de enfermedad es la desarmonía emocional. 

El hecho de aferrarse a la ira, a la tristeza, al miedo o a la preocupación, o bien a variaciones de estas emociones, tensiona al correspondiente par de órganos internos.

 Esto hace que esos órganos comiencen a funcionar mal y enfermen. 

Por favor, no olvides que el chi kung y la MTC reconocen que cada órgano interno tiene una amplia área de influencia a través de su meridiano (un sendero energético), de su relación con todos los demás órganos y sus meridianos, y de su específica función espiritual. 

Si las emociones negativas siguen acumulándose, sin transformarse, en un órgano concreto, la sangre, los músculos, los tendones y demás órganos internos circundantes se verán también afectados con el tiempo.

En la MTC, las causas externas de la enfermedad son el resultado de situaciones climáticas extremas: un calor, un frío, un viento, una humedad o una sequedad excesivos. 

Un exceso de aire acondicionado o de calefacción central seca también puede provocar una enfermedad.
Otras causas de enfermedad, además de las internas y las externas, son las de una débil constitución, un esfuerzo excesivo físico o mental, una actividad sexual excesiva, una dieta pobre, un trauma, parásitos, venenos o un tratamiento médico incorrecto.

Las emociones dolorosas también perturban el equilibro del pH de la sangre, es decir, la proporción entre alcalinidad y acidez de la sangre. La sangre se hace más espesa y ácida, por lo que discurre con más lentitud y pierde eficacia. La sangre ácida nos hace más susceptibles a las infecciones y a las enfermedades.

A nivel espiritual, la negatividad bloquea todos nuestros avances. La solución taoísta consiste en aprender de las poderosas energías de las emociones problemáticas para ponerles bridas y transmutarlas en energía de fuerza vital positiva. 

De este modo, las toxinas de nuestra vida se convierten en las medicinas de nuestro rejuvenecimiento, de nuestra relajación y de nuestro desarrollo espiritual.

sabiduria Emocional
Dalai Lama 

Por A.Kiel 
 http://akiel-somosuno.blogspot.com.ar/
 



Desequilibrios emocionales


 
 El mal genio, el enfado, la agresividad 

 Son «enfermedades del hígado». Cuando el hígado está «energéticamente sano» se asocia con la calma, la paciencia y la tolerancia.

 La histeria, excitación, hipersensibilidad, nerviosismo, hablar sin parar 

O emplear la ironía con demasiada frecuencia apuntan al corazón e intestino delgado. En situaciones de equilibrio de esos órganos brota la tranquilidad, la calma y una expresión divertida, con «chispa».

 La ansiedad, la duda, el escepticismo y los celos 

 Son desequilibrios del bazo, el estómago y el páncreas. En condiciones saludables estos órganos favorecen la simpatía, la sabiduría, la inteligencia y el entendimiento.


 Exceso de autoridad y dominio sobre los demás

 Dificultad para comunicarse adecuadamente y compartir los espacios con los demás, pensamientos repetitivos e ideas obsesivas, apegos y fijaciones son desequilibrios del pulmón y el intestino grueso. En armonía estos órganos fomentan la flexibilidad necesaria para el proceso de transformación en el ser humano

El miedo, la falta de autoestima, la timidez, la desesperanza 

Se relacionan con desequilibrios de riñón o disfunciones en la vejiga. Cuando estos órganos están bien aparece el valor, la inspiración y la confianza.

 Referencia:
- Mª Rosa Casal. Consultora en Nutrición y Salud. Revista Natural. Año 2006. Madrid - España

Por A.Kiel 
 http://akiel-somosuno.blogspot.com.ar/
 

1 comentario:

  1. Lo ideal es encontrar un equilibrio entre las emociones. A veces, por carácter o por rabia tendemos a comportarnos no como seres humanos, sino como animales. Perdemos la capacidad de razonar y nos guiamos solo por el instinto; esto solo puede conducirnos a llegar a un estado de ansiedad e incluso estrés.
    Por eso es bueno meditar, relajarse todo lo posible y alcanzar la paz interior que tanto ansiamos.

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